Durante más de dos meses
no pudo ponerse en contacto con Aurora, y cuando lo hicieron los espacios de tiempo eran muy dilatados,
las cartas llegaban abiertas, y algunos de sus párrafos censurados, pero era lo
que había en ese momento, y tendría que conformarse con las circunstancias.
En abril de 1937 su hija
Lolita murió de pulmonía.
Dos años después en 1939
Isabelita cayó enferma con un principio de meningitis de este episodio la
quedaron algunas secuelas, poco a poco iría perdiendo visión.
Juan en principio no
tuvo puntual información de estos acontecimientos, Aurora no quería que se
sintiera preocupado bastante tenía con estar en el frente. Le destinaros a una
unidad antiaérea pesada para su mantenimiento, así como el transporte de la
misma, estuvo en los frentes de Euskadi, Teruel y Cataluña, en el último
destino fue destinado a una lancha costera
de vigilancia.
Aurora colaboro con “La
Cruz Roja”, al principio en la limpieza y en el último año de la guerra como
auxiliar de enfermería, hizo una gran labor humanitaria y al mismo tiempo
ayudaba a la economía familiar.
El 4 de febrero 1939 Juan tuvo un accidente en el barco en
el que hacía servicio de vigilancia, tuvieron que llevarle evacuado a Nimes (Francia),
para él la Guerra de España había acabado.
Empezó a creer aquello que siempre dicen nuestros mayores,
“después de Tempestad viene la Calma”, una vez recuperado de las lesiones
sufridas, encontró trabajo en un taller mecánico de automóviles y considero que
era el momento para arreglar los papeles que fueran necesarios para que la
familia se reuniera con él en Francia, pero la alegría dura poco en la casa del
pobre y sus proyectos “quedaron en aguas de borrajas” El uno de septiembre de
ese mismo año estallo la “II Guerra Mundial”.
El gobierno francés al estar implicado en la contienda
movilizo a la población y como podía ser de otra manera los refugiados
españoles tuvieron que elegir en ir al frente o ser repatriados a España.
Continuara 27/06/2020