24 agosto 2012

¿Sabemos porque a ciertas personas las llamamos GILIPOLLAS?


    Hoy me viene a la memoria el porque los madrileños somos tan propicios en llamar un momento determinadoa una persona el calificativo de "gilipollas" insulto que se ha extendido por toda la península y puesto a investigar en los archivos de Crónicas de Madrid he sabido De donde viene el calificativo de “gilipollas”

En principio hablaremos de una calle. No sólo nos fijaremos en su ubicación, sino en la repercusión que tuvo la composición de las palabras que la componen. Nos referimos a la calle de Gil Imón que hace travesera entre el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia. Gil Imón de la Mota fue fiscal del Consejo de la Hacienda en tiempos de Felipe III.
Por aquel entonces eran muy habituales los bailes a los que acudía la alta sociedad, en concreto las mozas casaderas en busca de un joven apuesto que las desposara.
A las muchachas de entonces se las conocía como “pollas”, apelativo que recoge el Diccionario de la RAE.
Don Gil tenía tres hijas en edad de merecer. Las chicas no eran muy agraciadas que se diga y además tampoco destacaban por ser resueltas, más bien todo lo contrario, siendo incluso algo tontuelas. Pero el regidor las llevaba a todos los actos públicos a los que acudía. Tanto, que se hizo famosa la pregunta: “¿Ha llegado ya D. Gil?” A lo que se respondía: “Sí, ha llegado con sus pollas”. También al verlo decían “Allá va  Don  Gil con sus pollas”
Las jóvenes esperaban que algún día algún apuesto caballero se les acercara, pero eso nunca ocurría. La insistencia de esta costumbre dio lugar a la asociación mental de D. Gil y sus pollas con el significado de tonto. Y así surgió esta palabra “gilipollas”. Por eso podemos decir que tiene su origen en el Madrid más castizo y que desde aquí se exportó hasta llegar a incluirse en la DRAE.
Anterior a esta exposición, también dice la leyenda que la palabra “gilipollas” ya se usaba en la época medieval,  pues “GILI”  significaba tonto y “ POLLA”  a pene, pues este calificativo se le atribuía al hombre que solo engendraba mujeres (pues por aquel entonces la mujer estaba muy devaluada) luego “gilipollas”  era el nombre que se le daba a un pene que no sabia  engendrar varones. Pero un grupo se psicólogos, estudio cual era el comportamiento de estas personas y llegaron a las siguientes conclusiones.

Síntomas de un gilipollas
§                     Egolatría.     El gilipollas clásico se conoce demasiado a sí mismo, y no conoce ni es capaz de concebir otra cosa; se adora y se besa y está encantado de haberse conocido. Es una persona redundante, que es dos veces él o incluso más.
§                     Extensión.   El gilipollas habla más que nadie de todo sabe y en algunas ocasiones el invento ha sido suyo.
§                     Acompañamiento.   En el caso del sujeto, suele estar rodeado por una cohorte de lame culos con la boca abierta. Como los niños pequeños, los gilipollas no se sostienen solos, necesitan verse rodeados por bufones, lo cuales, en determinadas circunstancias, pueden llegar a lamer algo más que su trasero.
§                     Contraste.    El gilipollas clásico padece una enorme desintonía entre lo que se cree que es y lo que es realmente.
§                     Delirio.        El gilipollas suele urdir un sistema delirante proyectivo de tipo paranoico al estilo del delirio de grandezas o la mentira patológica o mitomanía. Es invulnerable al sentido crítico y carece del sentido del ridículo.
§                     Falta de generosidad.     El gilipollas clásico es irreducible a las conductas generosas y solidarias, salvo cuando se trata de lame culos que lo alaban, para darles más cuerda.

1 comentario:

  1. Es curioso a mi no se me ocurrido nunca pensar cual es el origen y el porque de los calificativos que a veces damos a las personas.

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