Con paciencia...
En el trabajo no tuve ningún obstáculo, solamente deje de
hacer una hora los días que tenía rehabilitación, en cuanto a mi incorporación
al futbol no fue posible ya que me tenía que incorporar en la fecha señalada y
no estaba totalmente recuperado. Siempre considere que mi padre fue muy cruel
al tomar la decisión de que no me dejaría jugar más al futbol.
Como en cursos anteriores volví a la academia en septiembre dos
días a la semana a Martina se la había tragado la tierra. Para mí ese refuerzo
académico fue fundamenta, ahora que estaba en maestría industrial,
Las notas de los dos primeros cursos fueron excelentes
aunque psicológicamente el recuerdo de Martina no se iba de mi cabeza, también
la relación con mi padre era para mí como una losa, el rato que coincidíamos
que era durante la comida, apenas cruzábamos palabras, mis resultados
académicos ocasionalmente se le escapaba una mueca de satisfacción, pero yo me
sentía muy dolido, estuve yendo a la academia de D. Francisco Bonilla hasta
Junio de 1962.
Continuara el10 octubre 2020
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