Una despedida con mal sabor de boca
El fin de semana anterior a mi marcha, como de costumbre
me encontraba reunido con mis amigos patinadores, era sábado por la tarde
estábamos en la Plaza de las Salesas frente al palacio de justicia cuando de pronto vi a Martina,
Amigos
de patinaje, Sep 1962
Félix,
Julio, Peniagua, Pepe, Eduardo, Luis, Ángel, Jussepe
acompañada de un muchacho, parecía que era mayor que ella, Iban agarrados
de la mano un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, nos miramos a los ojos y nuestros labios se despegaron de la boca,
pero no emitieron sonido alguno, mi primera intención fue ir a saludarla, pero
rápidamente me quedé inmóvil y agarrotado, solo balbucee “Hasta siempre”
Martina agacho la cabeza y yo me dije así mismo soy un cobarde.
-
Laura la novia de Ángel
me dijo;
-
¿Jussepe que te pasa?,
estas pálido.
-
No, nada
-
Algo te pasa, ¿te
encuentras mal?
-
No, estoy bien.
-
No puedes decirnos que
estas bien, tienes una mirada perdida como si hubieses visto, algún fantasma,
tus ojos están vidriosos
En la conversación
intervino Carlos”el bruto”:
-
No, lo que le pasa es que
no se quiere ir, a saber de las putadas que le van hacer por ser de Madrid.
Gregorio fue más allá,
-
Es que ya empieza a echar
de menos a la Amparito
-
Dije, será eso…
Poco a poco el grupo fue haciendo bromas relacionada con mi
marcha. Yo agradecí mucho la intervención de mis amigos, pues la verdad es que
había pasado un mal momento, por mi cabeza pasaron infinidad de cosas, durante
mucho tiempo me dije a mi mismo “He sido un cobarde”. Presentía que no la
volvería a ver.
Si hubiese habido el más mínimo vestigio de volver con ella, yo no hubiera pensado el ir a Barcelona, y mi vida habría cambiado por completo.
Continuara 24 de octubre 2020
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