Como todas las mañanas, se fue a desayunar a la cafetería que tenia
enfrente de su casa, se sentaba siempre en la misma mesa, mientras desayunaba
solía leer el periódico, que compraba en el quiosco que estaba en la esquina,
algunos días le tocaba esperar, no suele ser muy puntual el vendedor de la
prensa.
Su desayuno es café con leche con una ración de churros recién
hechos. Los parte por la mitad una parte los moja en el café y cuando esta
blandito los acerca a la boca junto con la taza para no mancharse y termina deshaciéndolo entre el paladar y la lengua, la
otra mitad lo rocía con azúcar, ya que
el café le gusta con su sabor
natural.
Mientras termina de leer el periódico aparece ella, se sienta al lado al tiempo que la
pregunta que tal le había ido la noche, al mismo tiempo se toma un vaso de leche bien caliente con
una tostada de mantequilla, ella le pide que la lea los titulares del periódico, los escucha sin hacer el mas mínimo gesto,
dando la impresión de no le importaba lo que la lee, en algunos momentos la mira fijamente y dibujaba en su boca una tímida sonrisa.
Cuando termina el
desayuno la cuenta los pasajes más relevantes que hayan podido ocurrir durante
la noche.
Con un beso en la
mejilla y un hasta mañana se despiden, al levantarse se estira ligeramente
la minifalda, quedándose en la mesa tomándome otro café, esta vez en taza
mediana, y todos los días por su mente valora la posibilidad de irse con ella.
Y… no lo hace, no se porque... ¿ tendrá miedo?.
(De mi libro de RELATOS CORTOS 2008)
Las modificaciones que has hecho del relato han mejorado el mismo.
ResponderEliminar¿Cuando lo vas a publicar?
Si algún día vienes por aquí, como voy a presumir de hermano.
ResponderEliminareres mas de lo muchos creen.
La lola