Cada vez que voy a la playa me quedo ensimismado con el ir y venir de las
olas, mientras esto sucede con mis manos voy haciendo un surco en la arena
arrastrándola hacia mi, en esos momentos a mi memoria vienen multitud de
recuerdos que entran en mi mente de una forma atropellada como si todos
quisieran ser el primero para ocupar el
lugar privilegiado, pero en una de estas ocasiones recordé un sueño que tuve,
apartando el resto de pensamientos que fluían a mi mente y que en realidad no
tenían ningún tipo de relevancia.
Me encontraba en la playa, el
coger arena con la mano es en mí una costumbre, en aquella ocasión al no haber
nadie próximo por que el sol se había puesto, la arena que tenia en la
mano la iba lanzando a lo alto, viendo que
la pequeña brisa la extendía de un lado para otro, mientras hacia esto empecé a
pensar como podría ser mi futuro, en una de las ocasiones, la arena que lanzada
a lo alto, veía como se transformaba en un niño al caer sobre la playa, este
tenia una mirada encantadora, el niño al ver ni cara de sorpresa con una suave
sonrisa me dijo ¿pídeme algo que desees? Y no se me ocurrió otra cosa que
decirle que me gustaría vivir tantos años como granitos de arena pudiera entran
en mi mano, la figura del niño desapareció desvaneciéndose, a partir de ese
momento se apodero de mi una gran melancolía, llegando a la conclusión
que vivir tantos años no merecía la pena, porque la realidad es que todos ellos los
viviría en una triste soledad.
De mi libro RELATOS CORTOS de 2008
Un relato precioso pero muy triste, pero nunca estarías solo, estarías acompañado por los bonitos recuerdos de tus innumerables años vividos..
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